miércoles, 12 de abril de 2017

Atlantis (reportaje de El Confital) - parte 1:



……no perdimos el tiempo en tirarnos a la rompiente. El agua estaba tan clara como el cristal y el fondo podía ser visto nítidamente, indicando cuidado. El fondo definitivamente era peligroso, con la sección mas critica rompiendo en medio metro de agua. Mientras los muchachos se adaptaban con la baja el temor iba dando paso a una mayor confianza. Cada ola era una alta pendiente, ,dando paso a una frenada clásica sobre el “inside” poco profundo, luego una entubada de tres o cuatro segundos en las mejores olas.. Con poca gente en el agua solo seleccionábamos las mejores. Que situación más agradable para los 70, estuvimos surfeando durante varias horas, haciéndolo en marea llena, ya que en marea vacía la baja queda fuera del agua.

Yo estaba deslumbrado como mis amigos cogían olas diestramente con un metro y cuarto. Kevin cortaba el labio de la ola y regresaba en el tuba hasta que una ola final le enseño el respeto que siempre es necesario tener en cada nueva rompiente, retirándose con un hombro magullado, cortesía del fondo.

Regis se desprendía duramente a contramano y golpeaba la ola, sacando algunos grandes” rentries” que demostraban sus años de surfing en el Caribe y otros lugares.

Los locales estaban alegremente sentados contemplando como surfeabamos, viendo nuevas maniobras que ellos jamás habían vistos. El seco paisaje era un contraste con las gigantescas plantaciones de plátanos que nosotros pudimos ver a pocas millas al Este. Algunas tiendas de campañas habían sido levantadas en la parte trasera de la playa y alrededor del área del arrecife habían familias gitanas viviendo sin ninguna complicación. Ellos se contentaban con vivir de la pesca o cualquier cosa que pudieran encontrar, sus clásicas chabolas de lona remendada y sus trastos ordenados eran dignos de contemplar.

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